F, vitamina Nombre que se da a un conjunto de ácidos grasos no saturados (ácidos linoleico, araqui-dónico, linolénico y oleico) esenciales para el organismo. Ácidos grasos esenciales son aquellos que, siendo necesarios para lograr una nutrición normal, no pueden ser sintetizados a partir de otras sustancias. El linoleico es el ácido graso poliinsaturado más abundante en la naturaleza y el de mayor trascendencia; le siguen en importancia el ácido araquidónico, el oleico y el linolénico. Para que se produzcan carencias de ácidos grasos esenciales en el organismo es necesario que la grasa esté totalmente ausente de la dieta, por lo que esta carencia no se observa en los adultos; en cambio, sí se ha observado en los niños sometidos a una alimentación con bajo contenido en ácido linoleico, que presentan la piel seca y escamosa de la dermatosis. Tiene especial interés la propiedad de la vitamina F de prevenir el depósito de lípidos y, sobre todo, de colesterol en las paredes arteriales, previniendo, por tanto, la arteriosclerosis. Para el adulto, se considera que el ácido linoleico debiera constituir el 3% de las calorías de su alimentación. La leche evaporada, nutriente común en la dieta de los niños, ha sido considerada por varios especialistas insuficiente en contenido de ácido linoleico (del 1 al 2% del total calórico), mientras que la leche materna, de 4 a 5 veces más rica en dicho ácido, contiene la cantidad óptima de vitamina F. Niños alimentados con leche de vaca han manifestado eccema y otras alteraciones dérmicas. Las papillas y los cereales instantáneos tienen un contenido de ácido linoleico suficiente para constituir un aporte apreciable de vitamina F en la nutrición del niño,